¿Qué son los audiolibros? ¿Para qué sirve un audiolibro?
Los audiolibros son grabaciones de textos literarios que nos permiten disfrutar de una historia sin necesidad de leer físicamente un libro. Un audiolibro sirve para poder leer un libro de una forma distinta, es decir, lo escuchas en lugar de leerlo, pero el resultado es el mismo: accedes al contenido del libro, ya sea éste educativo, de entretenimiento…
El formato audiolibro ha ganado popularidad en la última década, impulsado por el avance de la tecnología y la necesidad de formatos de lectura más accesibles. Sin embargo, no es algo nuevo: el audiolibro comenzó con las primeras grabaciones de voces que narraban obras, aunque inicialmente eran limitadas a unos pocos títulos, principalmente clásicos. Yo misma, de pequeña, (y puede que tú también), escuché cuentos grabados en cassette. Los escuchaba sin parar, ávida de historias. Había uno que debía ser precursor de Rapunzel, porque trataba de una chica encerrada «en lo más alto de la más alta torre» por su padre y sólo podía salvarla un príncipe que tenía que subir escalando dicha torre. Como no tenía dónde agarrarse, le pedía a ella que le tirara su larguísima trenza para poder subir por ella. Recuerdo a mi padre repetir guasón la frase «Melissa, tírame la trenza» porque en la grabación el actor tenía una entonación muy poco natural. Prosigamos.
Hoy en día, el auge de plataformas digitales y aplicaciones móviles permiten que podamos acceder a una amplia variedad de géneros y autores a través de servicios de suscripción o compra directa. Así, podemos comprar el archivo de audio del libro o pagar una mensualidad para acceder a un sinfín de audiolibros en el catálogo de cada plataforma.
A diferencia de los libros tradicionales, que requieren de un espacio físico y una concentración visual, los audiolibros ofrecen la flexibilidad de ser consumidos en cualquier lugar y en cualquier momento. Esta característica los convierte en una opción ideal para aquellos que llevan estilos de vida agitados, permitiendo disfrutar de la literatura mientras realizan otras actividades, como conducir, hacer ejercicio o realizar tareas domésticas. Además, los audiolibros brindan la oportunidad de disfrutar de la narración en voz de actores o incluso de los propios autores, aportando una dimensión emocional y dramática a la experiencia de lectura. Por ejemplo, yo escucho audiolibros cuando conduzco o hago ejercicio. Nunca he podido escuchar solamente el audiolibro sin hacer otra cosa porque automáticamente me pongo a pensar en mis cosas. También lo he hecho teniendo el libro físico y escuchando el audiolibro, te digo cuál. Drácula de Bram Stoker doblado por José Coronado. Nos encantó porque pronuncia súper bien (esto es súper importante en un doblador). Lo leíamos a la vez cada uno en su libro físico y a la vez lo escuchamos mediante Alexa. Sigamos.
Las ventajas de los audiolibros son múltiples. Uno de los beneficios más destacados es la accesibilidad que proporcionan a personas con discapacidades visuales o dificultades de lectura. En este sentido, los audiolibros democratizan el acceso a la literatura, permitiendo que un público más amplio pueda disfrutar del conocimiento y el entretenimiento que ofrecen los libros. Adicionalmente, estudios recientes sugieren que los audiolibros pueden mejorar la comprensión y retención de la información, al activar diferentes áreas del cerebro durante la escucha. Estos aspectos, junto a su creciente disponibilidad en el mercado, posicionan a los audiolibros como una valiosa alternativa en la forma de disfrutar la lectura.
Beneficios de escuchar audiolibros
Los audiolibros han surgido como una alternativa popular a la lectura tradicional, ofreciendo múltiples beneficios que los hacen atractivos para una amplia gama de oyentes. Uno de los principales beneficios es la conveniencia que proporcionan. Los audiolibros permiten a las personas disfrutar de una historia en cualquier momento y lugar, ya sea durante el trayecto al trabajo, al hacer ejercicio, o mientras realizan tareas domésticas. Esta flexibilidad se ajusta a los estilos de vida contemporáneos, donde el tiempo es un recurso escaso.
Además, los audiolibros ofrecen un valor significativo en términos de accesibilidad. Son especialmente útiles para aquellas personas que enfrentan discapacidades visuales o dificultades de lectura. La narración en voz alta permite que estas personas puedan disfrutar de historias, conceptos y conocimientos de una manera que quizás no podrían lograr a través de la lectura convencional. Los audiolibros eliminan barreras, promoviendo la inclusión y la democratización del acceso a la literatura.
Aparte de la accesibilidad, escuchar un audiolibro también proporciona la experiencia de una narrativa interpretada por profesionales. Las habilidades de narración de los oradores pueden añadir una capa de emoción y profundidad a la historia que, en ocasiones, puede perderse en una lectura independiente. Las inflexiones de voz, los cambios de tono y el ritmo proporcionan un nivel de entretenimiento que puede enriquecer la experiencia global del oyente.
Finalmente, los audiolibros pueden complementar la lectura física, ya que permiten a los oyentes absorber información de diferentes maneras. Al combinar ambos formatos, los lectores pueden reforzar su comprensión y retención del contenido. Esta dualidad en la forma de consumir literatura no solo aumenta el disfrute, sino que también fomenta una mayor apreciación por las obras literarias. Escuchar audiolibros es, sin duda, una forma efectiva y enriquecedora de disfrutar de la riqueza de la lectura. Por esto, yo lo recomiendo a alumnos con dificultades en la lectura como dislexia porque así les resultará mucho más ameno y les ayudará muchísimo a avanzar con la lectura. Pueden combinar trozos, escuchar varios capítulos solamente en audiolibro con algún fragmento escrito, etc.
Inconvenientes de los audiolibros
Los audiolibros pueden resultar de mucha ayuda en muchos momentos pero sin duda no son perfectos. Te voy a hablar de puntos débiles que le he encontrado aunque también voy a intentar ofrecer una solución (si la tengo).
- Distracción: Para muchas personas, escuchar un audiolibro no es igual en términos de comprensión que leer un texto, como es mi caso. Al no estar visualizando el texto, para mí es más fácil perder el hilo de la narración y me distraigo muy fácilmente, me pongo a pensar en mis cosas. En este punto, supongo que es cuestión de conocerse y saber en qué momentos se puede utilizar el audiolibro y en qué momentos no. Por ejemplo, a mí me sirve si estoy conduciendo o haciendo otra cosa de tipo «físico», es decir, me estoy moviendo y haciendo cosas. Si estoy quieta, no puedo simplemente escuchar el audiolibro porque entonces el pensamiento se me va enseguida. Pero cada cual debe analizar su caso porque hay personas que les sucede exactamente lo contrario.
- Depende del narrador: La experiencia del audiolibro depende en gran medida de la habilidad del narrador. Si la voz o el estilo de narración no es de tu agrado, puede afectar la comprensión y disfrute de la historia. Esto es totalmente así en mi caso. Pero es tan sencillo como probar. Normalmente las plataformas tienen un mes o mes y medio de prueba, así que no pierdes nada por abandonar un libro si el narrador no te gusta. Pasa a otro audiolibro y ya está, qué se le va a hacer.
- Menor retención de información: Algunas personas retienen mejor la información al leer físicamente un libro en lugar de solo escucharlo. El acto de leer involucra más interacción cognitiva que ayuda a recordar detalles importantes. En este caso, que es el mío, no hay más. Si por narices tuviera solamente la opción de escuchar el audiolibro y no el libro, debería tomar apuntes, tampoco sería el fin del mundo. Pero lo mío es la letra escrita si quiero recordar algo, lo tengo clarísimo.
- Disponibilidad limitada: No todos los libros están disponibles en formato de audiolibro, especialmente los títulos más antiguos o aquellos con menor demanda comercial. Esto sí que es cierto, pero realmente hay mucha variedad.
- Dificultad para volver a ciertos pasajes: Saltar entre capítulos o volver a un fragmento específico puede ser más complicado en un audiolibro que en un formato impreso o digital. Indudablemente es mucho más sencillo pasar páginas, dónde va a parar.
Resumen
En conclusión, audiolibros sí. Es una opción más. No es mi primera opción, ya que por descontado, mi primera opción son los libros en papel, luego va libro digital y en tercer lugar el audiolibro. Pero no descarto ninguna opción, y aunque no es «lo mismo, lo mismo que leer» entra dentro de la categoría de literatura así que, ¿qué más da? Ayuda a muchísima gente a leer y a comprender mejor textos escritos, complementa sus lecturas, les mete el gusanillo de la lectura… Así que ¡vivan los audiolibros!
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